Educación

Maestros de la atención

“La atención debería ser el único objeto de la educación. También en el aprendizaje”

Simon Weil.

Björn Bechstein cc by-sa https://flic.kr/p/aWB9vr

La educación, para Hannah Arendt, tiene que ver con un doble amor: amor al mundo para que éste no se deshaga, y amor a nuestros hijos para no expulsarlos de nuestro mundo y librarlos a sus propios recursos (Arendt, 1954). Educar tiene que ver con la doble tarea de conservar el mundo y de renovar el mundo común. De ahí la complejidad, por ejemplo, de rediseñar el currículo escolar que, por definición, representa al mismo tiempo un legado del pasado y aspiraciones e intereses para el futuro (Williamson, 2019).

La educación escolar tiene que ver con la transmisión del mundo y la apertura al mundo. “Ese es el acontecimiento mágico de la escuela, ese movere -ese movimiento real- que no hay que remontar a una decisión, a una elección o a una motivación personal. Mientras la motivación es una especie de asunto personal y mental, el interés es siempre algo que está fuera de nosotros mismos, algo que nos toca y nos conmueve y nos impulsa a estudiar, a pensar y a practicar. Nos lleva fuera de nosotros mismos. La escuela se convierte en el espacio/tiempo del inter-esse, de eso que compartimos entre nosotros: el mundo en sí mismo (Masschelein y Simons, 2014, 23).” El interés (inter-esse) es lo que está-entre dos o más personas, o sea lo que las une pero también las separa (Savater, 1991).

 

Para abrirse al mundo, la atención -y no tanto la motivación- es de crucial importancia, sostienen Jan Masschelein y Maarten Simons. Se trata de inducir atención e interés y presentar o abrir el mundo (Masschelein y Simons, 2014, p.29). Que el mundo no nos sea indiferente. La escuela se basa en la hipótesis de la igualdad. Ofrece el mundo como un bien común para permitir su renovación a través de la formación del interés y de la curiosidad.

La escuela sería así el lugar donde aprendemos a dirigir la mirada.

La formación de la facultad de atención es el objetivo verdadero y casi el único interés de los estudios, dejó escrito Simone Weil. Para quien formar la atención debería ser el único objeto de la educación. La condición, añade Weil, es que la atención sea una mirada y no un apego.

La atención así tendría que ver con la mirada. Educar sería enseñar a mirar, y aprender, aprender a mirar. Aprender a mirar es aprender a prestar atención (Esquirol, 2006, p.73). La escuela sería así el lugar donde aprendemos a dirigir la mirada. Donde aprendemos a mantener la mirada. A mirar atentamente. A mirar lo diferente y a no ser indiferente. La escuela nos hace atentos. La escuela sería así un dispositivo atencional (Larrosa, 2019, p.190). Y el tiempo escolar, un tiempo para prestar atención al mundo (Masschelein y Simons, 2014). Pero también para prestarnos atención. A nosotros y los otros. Ir a la escuela nos permitiría, sobre todo, tener tiempo para demorarnos en algo o alguien, para detenernos en algo o alguien.

Peter Barker cc by-nc-sa https://flic.kr/p/Q6eiSM

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Ir a la escuela es, o debería ser, aprender a prestar atención. La enseñanza sería entonces un conjunto de procedimientos dirigidos a capturar la atención, orientarla, disciplinarla, dirigirla y formarla (Larrosa, 2019, p.187). Y los maestros y maestras serían, ante todo, maestros y maestras de la atención. Su tarea sería “llamar la atención (atiendan aquí, miren esto, escuchen eso, fíjense en aquello: una tarea que consiste en señalar aquello a lo que merece la pena atender y en conseguir que los alumnos dirijan su atención hacia aquello que señala); en sostener la atención (no abandonen, continúen atentos, no se distraigan: una tarea que tiene que ver con la voluntad); en mejorar la atención (hacerla más refinada, más intensa, más detallista, más creativa, más matizada: una tarea que tiene que ver con el darse cuenta de aspectos hasta entonces no percibidos); y en disciplinar la atención (conseguir que funcione según determinadas reglas: una tarea que tiene que ver con la creación de hábitos atencionales)” (Larrosa, 2019, p. 191). La escuela es, de hecho, un dispositivo atencional y los docentes pueden ser vistos como maestros de la atención. Para George Steiner, el pulso de la enseñanza es la persuasión. El profesor solicita atención, acuerdo y, óptimamente, disconformidad colaboradora (Steiner, 2016, p. 32).

La enseñanza sería entonces un conjunto de procedimientos dirigidos a capturar la atención, orientarla, disciplinarla, dirigirla y formarla

La escuela es un lugar para atender (juntos) a otras cosas y para aprender (esas cosas) de otro modo (Larrosa, 2019, p.191). Aprender a mirar y prestar atención están muy relacionados con la capacidad de asombrarse y admirar (Esquirol, 2006, p.85). La escuela es el tiempo y el lugar en el que nos preocupamos e interesamos especialmente en las cosas o, en otras palabras, la escuela focaliza y dirige nuestra atención hacia algo. La escuela (con su profesor, su disciplina escolar y su arquitectura) infunde en la nueva generación la atención hacia el mundo: las cosas empiezan a hablar(nos). La escuela nos hace atentos y permite que las cosas -desvinculadas de sus usos y posiciones privadas- se tornen reales.

Aprender a mirar y prestar atención están muy relacionados con la capacidad de asombrarse y admirar. Josep Maria Esquirol

Aprender sería también tomar decisiones sobre qué es lo relevante y lo irrelevante, hacia dónde mirar y cuándo y sobre qué velar la mirada, a quién escuchar y qué colectivos ignorar (Broncano, 2019). Aprender requiere una manera particular de mirar las cosas, las personas y los colectivos. Aprender es prestar atención a lo que nos rodea. Y es también prestarnos atención como comunidad. Es dar nuestra atención a algo o a alguien. Aprender es dar tiempo y darse tiempo. Aprender es dar y darnos a pensar. Aprender es cuidar y cuidarnos. Dice Pablo Nacach en Amor maestro, que enseñar es reparar. Y que “lo es en sus muchas acepciones, incluso en la de mirar con cuidado, notar, advertir algo (Nacach, 2020). Pero, fundamentalmente, enseñar es reparar en el sentido de restablecer las fuerzas, dar aliento o vigor. Enseñar requiere estar atento a los otros. Ser atento. No ser indiferente.

Enseñar es reparar

Karan Chopra Dominio público https://flic.kr/p/R4yQxn

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Formar la atención (esa que reposa sobre un doble amor, el amor al mundo y el amor a la nueva generación), a través de las prácticas disciplinadas que la hacen posible, es una de las operaciones pedagógicas que hace la escuela» (Masschelein, 2020, p.17). La formación es típica de las formas de aprendizaje que se dan en la escuela. La formación tiene que ver con la orientación de los estudiantes hacia el mundo tal como ha sido llevado a la existencia en la asignatura o en la materia de estudio. Y esa orientación tiene que ver fundamentalmente con la atención y con el interés por el mundo, y también con la atención y el interés por el sujeto en relación con ese mundo. En el proceso hacia la madurez se va adquiriendo una cierta forma. Formarse sería ir adquiriendo una forma. La educación tiene como objetivo contribuir a que ese proceso de formación (básica) esté bien orientado, dice Josep Maria Esquirol. La formación implica salir constantemente de uno mismo o trascenderse a sí mismo: ir más allá de sí mismo y del propio mundo vital por medio de la práctica y del estudio (Masschelein y Simons, 2014, 22).

El “estudio no tiene que ver con adquirir conocimientos o competencias o, en general, con el logro de resultados de aprendizaje, sino con la formación del sujeto y con la transformación de su relación con el mundo, es decir, con hacerla más atenta, cuidadosa, densa y profunda” (McClintock, 1971). Quien estudia, dice Carlos Skliar, parece estar ausente y a la vez prestando una atención que desde fuera parece tensa, excesiva, como si el mundo o cierta parte del mundo hubiese dejado de existir y otro mundo o cierta porción de otro mundo se hiciese presente de un modo revelador o al menos esencial (Skliar, 2020, p.122).

Vale la pena reinventar la escuela como forma pedagógica, no como un ambiente de aprendizaje —un espacio productivo—, sino más bien como un lugar de trabajo colectivo, donde se enfatice en el trabajo, no en el aprendizaje, como una acción atenta y reflexiva, para crear un lugar —un espacio que tiene importancia y no un escenario o un ambiente—, como condición para generar “tiempo libre”—separado de la producción y que “permanezca invisible”—, para generar un sentido de apego —pertenencia o estar en contacto— con el mundo, algo más que hable y te separe de ti mismo, que cree un inter-esse y que es en verdad lo que te da tiempo (Masschelein, 2019, pp.12-13).

Huevos pasados por agua cc by-nc-sa https://flic.kr/p/MwgDnr

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Referencias:

Hannah Arendt (1954). The  crisis in education

Fernando Broncano (2019). Puntos ciegos. Ignorancia pública y conocimiento privado. Madrid: Lengua de Trapo

Josep Maria Esquirol (2006). El respeto o la mirada atenta. Una ética para la era de la ciencia y la tecnología. Barcelona: Gedisa.

Jorge Larrosa (2019). Esperando no se sabe qué. Sobre el oficio de profesor. Barcelona: Candaya. p.190

Robert McClintock (1971). Toward a Place for Study in a World of Instruction. Teachers College Record. December 1971, Vol. 73, No. 2

Jan Masschelein (2019). La escuela como práctica y tecnología de la pertenencia al mundo (Trad. B. A. Morantes, & J. G. Díaz). Praxis & Saber, 10(24), 387-399. pp.12-13

Jan Masschelein (2020). Hacer escuela. La voz y la vía del profesor. En Larrosa, J.; Rechia, K.C.; Cubas C. J. (2020). Elogio del profesor. Barcelona. Miño y Dávila. p.17-22

Jan Masschelein y Maarten Simons (2014). En defensa de la escuela. Una cuestión pública. Buenos Aires: Miño y Dávila

Pablo Nacach (2020). Amor maestro. Instrucciones de uso. Barcelona: Anagrama

Fernando Savater (1991). Política para Amador. Barcelona: Ariel

Carlos Skliar (2020). De la lectura como estudio. Inutilidad, soledad y conversación. Nefi Ediçoes. p.122

George Steiner (2016). Lecciones de los maestros. Madrid: Ediciones Siruela p.32

Simone Weil (2008). Oeuvres complètes, IV (écrits de Marseille), vol. 1, Gallimard, Paris 2008, pp. 255-256.

Simone Weil (1997). Cahiers VI-VII, Cahiers, OEuvres complètes, VI, 2, Gallimard, Paris 1997.

Ben Williamson (2019). El futuro del currículum. La educación y el conocimiento en la era digital. Madrid. Morata.


En septiembre tuve la suerte de que CaixaForum me invitara a conversar con Josep Maria Esquirol sobre el sentido de la escuela y de la educación en el marco de su ciclo de pensamiento Fuera de eje. Desplazamientos de una pandemia. Conversar con Josep Maria fue para mi un honor y un enorme placer. He incorporado el vídeo de esa conversación en este texto.

 

5 pensamientos en “Maestros de la atención

  1. Hola Carlos, tengo una consulta. Se está investigando la repitencia en este contexto de confinamiento? Porque soy docente de escuela con población vulnerable y una de las fuertes decisiones que debemos tomar es sobre si hacer repetir a estudiantes desvinculados… Es lo mismo hablar de la repitencia antes de la pandemia a la repitencia en este contexto?
    Qué efectos se producen en tal o cual caso?
    Vivo en Córdoba Argentina, soy docente de secundaria, ayer terminaron las clases (virtuales) y debemos elevar informes. Nos cambiaron la fecha de inicio de clases para 2021, ahora comenzamos en marzo y no tenemos tiempo de realizar algún trabajo de nivelación con los estudiantes no vinculados. ¿Qué piensas de la repitencia en este marco?
    ¿Se está investigando?
    Gracias.

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