Innovación/Organización digital

10 claves para el debate sobre transformación digital

No darse cuenta de que el propio futuro ya es el propio presente ni siquiera cuando también ese presente se está disolviendo en el pasado.” Esta frase del novelista David Markson en la Soledad del lector resume perfectamente nuestro acelerado presente y la angustiosa sensación de que el tiempo se nos escapa entre las manos y los cambios se suceden sin parar. No hace falta insistir mucho en esta idea porque todos la experimentamos continuamente. Nuestra sociedad red, utilizando el término de Manuel Castells, se caracteriza precisamente por este cambio continuo y acelerado. Una situación que, sin duda, a todos nos genera incertidumbre.

Parece que la estable sociedad del conocimiento que definió Peter Drucker en 1969, “ha efectuado una radical transformación de la idea de saber, hasta el punto de que cabría denominarla con propiedad la sociedad del desconocimiento, es decir, una sociedad que es cada vez más consciente de su no-saber y que progresa, más que aumentando sus conocimientos, aprendiendo a gestionar el desconocimiento en sus diversas manifestaciones: inseguridad, verosimilitud, riesgo e incertidumbre.” (Daniel Inneraity. La sociedad del desconocimiento).

Diego Sevilla Ruiz. CC 2.0 by-nc https://flic.kr/p/ouaFn

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Nos toca vivir con esta realidad. Nos toca vivir en un mundo líquido (Zygmunt Bauman). Vivir no solo con la carga de la incertidumbre sino en una sociedad de la incertidumbre. Una sociedad que nos exige, por su parte, que desarrollemos una cultura de la incertidumbre y, unas habilidades para la incertidumbre que nos permitan aprender y trabajar en la incertidumbre. Gestionar desde la incertidumbre. Tomar, en definitiva, decisiones desde la incertidumbre cuando no desde la ignorancia usando el término de David Collingridge (decision-making under ignorance).

Así que, siguiendo con Innerarity, podemos decir que el mayor reto de la sociedad del conocimiento, de nuestra sociedad red, es paradójicamente aprender a gestionar nuestros desconocimientos. Lo característico de la llamada sociedad del conocimiento no sería la abundancia de éste o su disponibilidad sino su “fragilidad”, su diversidad, su invisibilidad. La “sociedad del conocimiento ha acabado con la autoridad del conocimiento”. Es el fin de la era del saber y de los expertos, nos dice por su parte Michel Serres (Pulgarcita).

Car Malamud. Electronics & Cinnubications. Some rights reserved. https://flic.kr/p/KCFEJ

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Pero no hay menos saber. Lo que ha ocurrido es que éste “se pluraliza y descentraliza, resulta más frágil y contestable (Innerarity).” Hoy, “un creciente número de actores dispone de un fondo también creciente de diversos saberes, por lo que estos actores informados están en condiciones de hacer valer el propio saber” (Innerarity). Hay, de hecho, más conocimiento pero lo describimos mejor en plural, conocimientos, porque éstos provienen de múltiples y diversas fuentes. Pero hay también más incertidumbres. Cada nuevo conocimiento nos abre una grieta de incertidumbres. Hay, desde luego, muchas menos certezas.

Hace ahora 20 años tuvo lugar la primera conferencia internacional de la WWW en el CERN y Tim Berners-Lee fundó el World Wide Web Consortium (W3C). 20 años que han convertido a Internet en la infraestructura de nuestras vidas.  Lo que hace Internet, nos dice Castells,es procesar la virtualidad y transformarla en nuestra realidad, constituyendo la sociedad red, que es la sociedad en que vivimos.”

La digitalización ha modificado tanto los contextos individuales como las dinámicas de las organizaciones. Como profesionales debemos conocer y adaptarnos a los nuevos comportamientos y formas de hacer asociados a las lógicas y a la cultura digital. Debemos, sobre todo, aprender a aprender. Es la única opción que tenemos frente a la incertidumbre.

En las organizaciones, por su parte, la transformación digital es una cuestión sobre todo de transformación cultural. Un profundo cambio en las prácticas y en los procesos de trabajo. Las organizaciones necesitan ser más abiertas, más flexibles, más participativas y más colaborativas. Es la única manera de enfrentar la creciente incertidumbre y de aprovechar la expansión del conocimiento. Las organizaciones deben tomarse en serio aquella acertada premonición del Manifiesto Cluetrain que señalaba que los mercados son conversaciones.

Atiwolf. CC 2.0 by-nc-sa https://flic.kr/p/8N9GSb

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Tomar decisiones desde la ignorancia no significa hacerlo en ausencia de conocimiento o de datos contrastados. Todo lo contrario, significa hacerlo desde la asunción de que uno (conocimiento) y otros (datos) son tan solo una parte, necesaria pero no suficiente, de las variables a tener en cuenta y que tanto uno como otros aumentan y cambian en el mismo proceso de toma de decisión.

Saber “escuchar” y “conversar”. Estar atentos al contexto cambiante. Incorporar el conocimiento situado en los márgenes, “lo desconocido, lo incierto, lo ambiguo y lo incontrolable” (Innerarity) debe formar parte del día a día de cualquier organización. Algunos llaman a esto innovación. No seamos menos, llamémoslo también nosotros innovación y añadámosle el adjetivo abierta. Asumamos que el conocimiento que necesita nuestra organización en este contexto de cambio no está solo dentro de nosotros sino que está sobre todo fuera. Hagamos más porosas nuestras organizaciones y permitamos que el conocimiento (y sus incertidumbres) transiten de un lado a otro, de fuera hacia adentro y, a la inversa, desde dentro hacia afuera. Seamos una membrana que no nos aisla sino que nos que conecta.

Conocer qué está pasando y revisar todos los procesos bajo este prisma, comprender las nuevas lógicas digitales y utilizarlas de forma adecuada al negocio, al tipo de organización y a la tipología de clientes que tengamos, saber detectar el talento tanto dentro como fuera, contar con profesionales competentes digitalmente y por tanto con organizaciones con un nivel apropiado de madurez digital se convierte entonces no sólo en una fuente de diferenciación empresarial y de mejora de la productividad sino sobre todo en el factor clave de la innovación y la sostenibilidad futura. Incorporar lo digital no es ya una opción. Es una necesidad.

Sebastien Barré CC 2.0 by-nc-sa https://flic.kr/p/6CZBVG

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Es en este contexto que hemos descrito de cambio e incertidumbre, en la necesidad imperiosa de activar mecanismos de escucha y conversación, y en la urgencia para incorporar conocimiento y talento externo que favorezcan la innovación y nos permitan afrontar el futuro con garantías de sostenibilidad que se inscribe el documento, 10 claves para el debate sobre la transformación digital y su impacto socioeconómico (pdf) elaborado por RocaSalvatella y Adigital y en el que he tenido la suerte de participar en su redacción junto con Pepe Cerezo y Josep Salvatella.

Su objetivo ha sido identificar diez temas clave sobre la transformación digital que nos permitan evaluar su impacto socioeconómico. El documento no es exhaustivo ni en temas ni en el tratamiento de los mismos. Busca tan solo aportar algunas ideas que nos sirvan para favorecer el debate, aportar datos para el análisis y entender el fenómeno desde diferentes perspectivas. Diez temas que nos ayudan a tomar conciencia del tamaño actual de la llamada economía digital y preguntarnos por los efectos de la digitalización en el mundo del trabajo y el empleo (paradoja de la productividad). A cuestionarnos qué tipo de teoría económica describe mejor los comportamientos de nuestra sociedad red (economía de complejidad, segunda economía) y a preguntarnos si esta sociedad puede ser descrita como meritocrática o como sostienen  muchos más bien topocrática (donde lo importante serían las conexiones). Y a explorar en qué punto de madurez digital nos encontramos, a tener en cuenta cuál debe ser nuestra estrategia de movilidad ante unas generaciones que ya son nativos móviles y solo móviles (una generación cuya primera experiencia con Internet ha sido móvil). El documento termina incorporando la importancia de los contextos locales en la estrategia digital y en nuestro contexto concreto las políticas digitales de la Unión Europea (Agenda digital) y a asumir como prioritario la reforma de los sistemas de formación para que éstos se adecúen mejor a las demandas de nuestra sociedad. Cada tema se complementa con una breve lista de lecturas.

Los diez temas que aborda el documento son:

  1. El peso de la Economía digital.
  2. El impacto de la transformación digital en la generación de riqueza y empleo.
  3. Una economía compleja, silenciosa y dinámica.
  4. Meritocracia en tiempos de redes.
  5. Hacia la madurez digital.
  6. La estrategia de la movilidad.
  7. Nativos móviles y sólo móviles.
  8. El impacto de la agenda digital. Europa 2020.
  9. Digital y territorio. Cada vez más local, sin ser menos global.
  10. Educación: de los contenidos a las competencias.

 

Puedes descargarte el pdf aquí o consultar un resumen en la web de RocaSalvatella.

4 pensamientos en “10 claves para el debate sobre transformación digital

  1. Muy buen planteamiento,que nos deja con la certeza absoluta que la incertidumbre es el paradigma vigente.Creo que toda la tradición judeocristiana que nos ha invadido las formas de pensar ha hecho posible pensar solo en blanco y negro , negando la existencia de los grises.Las realidades son diferentes matices de grises. La verdad os hará libres… O no será más bien al revés?

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  4. Es verdad, el mundo digital ya es parte del real de una forma sin precedentes. Por suerte, internet y los teléfonos no solo nos abducen sino que son también una herramienta para aprender. Utilicemoslos para bien y habrá valido la pena.
    Gracias por el post.
    Saludos

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